La FDA aprueba nuevos implantes mamarios rellenos de gel ultracohesivo de silicona (II)
14 junio 2013
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Si a un paciente se le diera a elegir entre un tratamiento quirúrgico y otro sin cirugía para un mismo problema estético o médico, a igualdad de resultados siempre optará por el tratamiento sin cirugía sin importarle los costes. Para conseguir que su preferencia sea este último sólo hay que convencerle de la igualdad o superioridad de sus resultados respecto al tratamiento quirúrgico. Esto no será difícil, pues su mente estará predispuesta a aceptar toda información que favorezca su bienestar.
A los médicos siempre nos llama la atención el florido anecdotario de mitos, leyendas, pseudociencia y pseudomedicina originado en los pacientes y lo que rodea todo lo sanitario, a cualquier nivel y en todas las ramas de la medicina y la cirugía. Si tuviéramos que destacar la especialidad o área médica donde este fenómeno alcanza su mayor expresión es, sin lugar a dudas, la Cirugía Estética.
Esto se debe a varios factores, el más importante es que realmente los nuestros no son pacientes enfermos o que tengan un problema físico patológico más allá de la alteración de la forma o sus deseos de mejora personal, siendo esto último una fuerza que ejerce mucha mayor presión terapéutica que cualquier grave enfermedad, cosas del ser humano víctima de sus paradojas existenciales.
El enorme deseo de mejora que mueve a una persona a operarse sin padecer una enfermedad orgánica ni mental, es una poderosa fuerza que a veces no se controla ni se encauza dentro del rígido y lentamente cambiante mundo de la ciencia médica y la tecnología sanitaria. No nos conformamos y queremos algo más y lo queremos ya, lo pedimos, lo exigimos, y si no se nos da... lo creamos... usando alguno de los múltiples prejuicios cognitivos existentes.
La la agencia norteamericana responsable de la vigilancia de medicamentos y dispositivos médicos, U.S. Food and Drug Administration también conocida como FDA, se muestra esta época muy prolífica en relación con los implantes mamarios tras varios años sin actividad regulatoria en este campo. A principios del 2011 emite un informe ambiguo y alarmista sobre una posible y remotamente probable relación entre las prótesis mamarias y un rarísimo tipo de linfoma de baja agresividad.
Dicho informe crea un serio problema de comunicación para la FDA en los medios de información generalistas, siendo objeto de severas y justificadas críticas por parte de colectivos de Cirujanos Plásticos y fabricantes de prótesis mamarias. No sería la primera vez que la FDA comete errores de grueso calibre con graves consecuencias médicas y económicas que luego se han visto como medidas injustificadas.
Como todo organismo regulador estatal la FDA es una excelente plataforma donde coordinar las investigaciones y las incidencias de complicaciones sobre los diferentes fármacos y dispositivos médicos, pero ni es la única agencia o institución adecuada al respecto (cada país tiene sus propias agencias gubernamentales y hay otras organizaciones de enorme peso científico) ni tiene el don de la infalibilidad. Más bien al contrario, la FDA ha perdido mucho de su prestigio para los Cirujanos Plásticos, por ello los Especialistas seguimos sus comunicados pero mantenemos cierta distancia e independencia dentro de nuestras propias sociedades profesionales y revistas científicas de referencia.
Es probable que todo el revuelo mediático acaecido tras la nota de seguridad emitida en enero de este año y las subsiguientes críticas, hayan estimulado a la FDA para publicar esta misma semana una abundante documentación dirigida a médicos y a pacientes sobre los implantes mamarios, en un evidente intento de serenar los ánimos y respaldar la práctica de la mamoplastia de aumento como procedimiento seguro y confiable. También se cumplen 5 años desde la aprobación de los implantes mamarios rellenos de gel de silicona en EEUU.
Estos son los interesantes documentos publicados por la FDA en sus versiones originales: